lunes, 5 de septiembre de 2016

LA VIDA EN EL MUNDO URBANO VS. EN EL MUNDO RURAL



LA VIDA EN EL MUNDO URBANO VS. EN EL MUNDO RURAL

Aunque la naturaleza humana comenzó siendo nómada, poco a poco la formación de asentamientos humanos se convirtió en el modo de vida por excelencia. A lo largo de la historia, estos asentamientos han evolucionado de forma diversa y podemos al día de hoy encontrar  tanto ciudades superpobladas como pequeños pueblos prácticamente desolados. La opción entre ambos escenarios resulta de una elección personal que más que con las diferencias entre ambos entornos tiene que ver con la propia selección de un estilo concreto de vida y un modo de ver la realidad.

VIVIENDO EN LA CIUDAD vs. VIVIENDO EN EL CAMPO

El ritmo de vida en la ciudad es más frenético, por lo que el volumen de servicios disponibles es mayor, --medios de transporte públicos, establecimientos, comercios, escuelas etc-- son necesarios en el día a día. Del mismo modo la oferta profesional y de ocio también se amplía, pues el volumen de población es mayor lo que constituye una mayor mano de obra y fuerza de trabajo a la que dar salida.
Por el contrario la vida en el campo se caracteriza normalmente por desarrollarse en un ritmo más tranquilo y calmado. Al haber menos afluencia de gente son necesarios también menos servicios, por lo que a menudo la oferta general disponible disminuye drásticamente.
Normalmente vivir en el campo se asocia con un estado de relajación, escasa contaminación, la frescura del paisaje y sus recursos como la alimentación, lo que envuelve a este entorno en un ambiente de simpatía y colaboración entre sus habitantes difícilmente observable en la ciudad.
Pero la naturaleza no es siempre de color de rosa y la falta de recursos es notable en muchos de nuestros entornos rurales más cercanos. La vida se vive de forma diferente desde la más tierna infancia, los niños no sólo aprenden a apreciar y cuidar la naturaleza y los animales, también desde el punto de vista de la educación aparece una brecha en los conocimientos inculcados.
A menudo cuando niños nacidos en ambientes rurales se trasladan a las grandes urbes aprenden rápidamente que aquello que daban por supuesto en su lugar de origen no se corresponde con el nuevo entorno. Se sienten perdidos y confusos ante la gran variedad de nuevos servicios y bienes de consumo que encontramos fácilmente en las ciudades pero que suponen un lujo en los entornos rurales. Los propios conocimientos académicos que vienen dictados desde las grandes urbes, suponen obstáculos en el aprendizaje infantil. Un niño “de ciudad” puede apreciar y entender fácilmente estos contenidos porque los observa y experimenta con ellos, mientras que los niños “del campo” no cuentan con esa ventaja educativa.

También las oportunidades profesionales y de negocio se ven limitadas en los entornos rurales. Las actividades productivas más comunes en estos ambientes son las asociadas con los sectores primario y secundario en menor medida, agricultura, artesanía, etc.
Aunque en los últimos años podemos decir que el campo ha sufrido una ligera transformación y el sector servicios ha encontrado un gran aliado en él, revitalizando las economías agrestes.

DIFERENCIAS ENTRE LA CIUDAD Y EL CAMPO


CAMPO
CIUDAD
-         Despoblación/aislamiento
-         Relax
-         Facilita las relaciones sociales
-         Naturaleza
-         Escasez de recursos médicos
-         Escasez de productos
-         Abaratamiento del nivel de vida
-         Alimentación saludable
-         Limitación de la oferta laboral
-         Ocio en la naturaleza
-         Recursos educativos limitados
-         Falta de servicios públicos
-         Superpoblación/masificación
-         Estrés
-         Dificulta las relaciones sociales
-         Contaminación
-         Buenos recursos médicos
-         Oferta de productos amplia
-         Encarecimiento del nivel de vida
-         Alimentación industrializada
-         Amplia oferta laboral
-         Amplia oferta de ocio
-         Buenos recursos educativos
-         Servicios públicos

 
BENEFICIOS DE VIVIR EN EL CAMPO

El campo ha sufrido durante los últimos años cierta revitalización, por un lado muchas personas han encontrado en el campo un medio de hacer negocio y ampliar su experiencia profesional y por otro lado, muchos jóvenes conscientes de los beneficios que aporta este enriquecedor escenario opta por ir a vivir al campo. Algunos de esos beneficios son:
·        Aire puro: respirar el aire contaminado de las ciudades acarrea problemas respiratorios bastante comunes. Por lo que una de las motivaciones principales para vivir en el campo es la salud.
·        No más prisas: el ritmo frenético de trabajo en las ciudades es agotador, mientras que el campo nos aporta esa paz y calma necesarias para mejorar nuestra calidad de vida.
·        Descanso: en el pueblo se duerme mejor. La falta de ruido e iluminación constante prolonga el descanso y nos permite descansar más y mejor
·        El espacio: el espacio vegetal y dinámico nos induce a hacer mayor ejercicio lo que posee beneficios intrínsecos en nuestro estado de ánimo. Aunque no es algo único del campo pues en la ciudad también se realiza deporte, el es una dimensión muy importante sobre nuestra salud mental.


BENEFICIOS DE VIVIR EN LA CIUDAD

A menudo pensamos que vivir en la ciudad sólo entraña dificultades y negatividad a nuestras vidas, pero lo cierto es que las ciudades tienen mucho que aportarnos. Algunas de esas características que sólo ellas pueden ofrecernos, son:
·        Cultura: la vida en la ciudad está llena de cultura, museos, teatros, monumentos etc. En las grandes ciudades esta oferta se amplía hacia el infinito. Por lo que no hay escenario mejor para una mienta inquieta.
·        Ocio: la oferta de restaurantes también es enorme, así como la de diversas actividades con las que relajarnos y disfrutar del tiempo libre. En el campo esta oferta se reduce y puede volverse monótona y rutinaria, en la ciudad por el contrario, la oferta varía constantemente y hay siempre nuevas cosas que probar.
·        Accesibilidad: no sólo a los propios servicios sino también al mundo externo en general. Las ciudades nos permiten y actúan a menudo como puentes directos a otros nuevos entornos.
·        Trabajo: aunque ya hemos hablado de la amplia gama de recursos con los que cuentan las ciudades, quizá uno de los ámbitos donde este fenómeno es más evidente es el mundo profesional. El campo ofrece limitadas garantías laborales mientras que en la ciudad el abanico profesional parece no cerrarse.
·        Tolerancia: la gente de las ciudades normalmente se ve expuesta a más estímulos diversos lo que incrementa su nivel de tolerancia frente a lo nuevo.


¿CÓMO AFECTAN A LA SALUD LOS DISTINTOS ESCENARIOS?

A menudo se asocia con la vida en el campo mejores niveles de salud ¿pero es esto cierto? Según las investigaciones llevadas a cabo por la Sociedad Española de Medicina General, algunos factores ambientales presentes en el medio rural favorecen la salud de sus habitantes que por consiguiente sufren menos casos de cáncer, hipertensión así como menos casos de trastornos psicológicos, cuadros de ansiedad y depresión.
Pero vivir en el campo también entraña riesgos que es necesario tener en cuenta, por ejemplo los habitantes de las zonas agrestes son más vulnerables a sufrir enfermedades infecciosas, crisis cardiovasculares agudas y problemas relacionados con la falta y difícil acceso a medios sanitarios y urgentes.

El estrés, el mal humor y el cansancio general parecen síntomas exclusivos de los habitantes de las grandes urbes, así como la mayor exposición a problemas mentales y de carácter.

Con este artículo hemos tratado de abordar las diferentes perspectivas que la vida en el ámbito rural y en el ámbito urbano puede desarrollar, si bien está claro que la principal conclusión es que la elección de un escenario u otro depende en gran medida de una elección personal sobre: calidad de vida, aspiraciones en la vida, identidad y en definitiva estilo de vida.
Que los factores contaminantes o negativos puedan verse a menudo asociados a las zonas más urbanizadas no quiere decir que dentro de las ciudades no puedan desarrollarse estilos de vida plenamente saludables. Del mismo modo,  las zonas rurales también pueden verse afectadas por problemas endógenos que reduzcan la calidad de vida, como el uso de pesticidas y su exposición a ellos o la falta de recursos diversos de la que hemos hablado.

Marta Rubio
Sociologa
Dpto de Sociologia – Grupo Inzamac

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