El fomento de la socialización y el establecimiento de relaciones interpersonales en las personas mayores resultan imprescindibles para evitar su aislamiento social y, en consecuencia, mejorar su bienestar físico y emocional.
Está demostrado que la socialización en las personas mayores tiene efectos favorables en patologías como dolores articulares, control de las enfermedades crónicas, hipertensión arterial, diabetes, y la prevención de patologías de la esfera psico-social como la depresión, ansiedad o empeoramientos en los mismos.
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